Uno de los aspectos que más ha variado con la generalización
de Internet es el de la publicidad. La publicidad clásica, la televisiva, está
basada en las franjas horarias, los anuncios dirigidos a un público infantil se
emiten cuando se supone que estos están viendo la televisión. Actualmente la
publicidad te persigue en toda la navegación por internet y con los cruces de
datos se va personalizando cada vez más el producto anunciado lo que hace que
el niño o adolescente tenga una gran cantidad de ofertas atractivas a lo largo
del día, con la presión que eso supone. Internet es un motor muy potente del
consumismo.
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