El móvil, relación ininterrumpida
La telefonía móvil, con la aparición de los smartphones, es actualmente
una de las industrias
que vive una mayor revolución
tecnológica y social que conlleva a una nueva forma de usar el teléfono y
todos sus servicios. Uno de los cambios que se han producido es que Internet ha
pasado de los ordenadores a los móviles, por lo que ahora ya no te conectas,
simplemente estás conectado: llamadas, sms,
whatsapp´s, envío de material multimedia, notificaciones de Facebook o Twitter
son la actividad habitual entre los adolescentes. Según el estudio de INTECO (www.inteco.es)
sobre hábitos
seguros en el uso de smartphones por los niños y adolescentes españoles, el acceso a redes sociales, juegos y mensajería instantánea ha
aumentado de forma considerable (acceso a redes sociales 54,3% en 2011 frente a
7,1% en 2010; juegos 65% frente a 51,6%; mensajería instantánea 48,3% frente a
12,4%). Estos datos evidencian el cambio de relación de niños y adolescentes
con el medio. Los padres ya no pueden racionalizar las horas delante de las
principales pantallas (tv’s, ordenador, smartphones y tablets), sino que deben
educar a los menores para que sean capaces de saber cuándo desconectar y
dedicar las horas pertinentes de estudio, juego y reuniones familiares sin
estar “enganchados” constantemente al móvil.
Actualmente los dispositivos móviles están prohibidos
casi de forma generalizada en las escuelas, porque siguen siendo vistos como
una distracción y se relacionan con el ocio y no con la utilidad. The Age publica la historia de un
colegio femenino en Australia en el que han apostado por permitir que las
estudiantes utilicen sus propios dispositivos móviles en clase. De acuerdo con
la directora del colegio, “uno de los objetivos del BYOD (bring your own
dispositive) es ayudar a las chicas a ser ciudadanos digitales responsables, permitiéndoles que utilicen la tecnología de una forma positiva y
ética”. (Vía BBVA Innovation center)
La pregunta es ¿clases sin
móvil? o, debemos educar a los chic@s para que sean ciudadanos responsables y
que sepan cómo y cuándo utilizar los diferentes dispositivos? y no sólo en las
escuelas, sino también en momentos de ocio “offline” ¿Hay que buscar espacios de tiempo desconectados o
hemos entrado en una etapa de conexión permanente?
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